
Polémico, crítico radical y brillante pensador, Illich fue uno de los intelectuales más destacados del siglo pasado. Su reflexión abarcó temas tan disímiles como el transporte, la energía y, sobre todo, la educación en las sociedades modernas.
Algunas de sus obras durante este tercio del siglo XX son La escuela, esa vieja y gorda vaca sagrada (1968), Una sociedad sin escuela (1971), Herramientas para la convivencialidad (1973), Energía y equidad (1973), Némesis médica: la expropiación de la salud (1975), Educación sin escuelas (1975), La sociedad desescolarizada (1978), entre otras.
Su libro más destacado fue La sociedad
desescolarizada (1971) en el cual realizó una serie de críticas a la educación
tal y como se lleva a cabo en las economías modernas. Este libro ha sido hecho bajo la influencia de la filosofía y tuvo
como idea general desconstruir el pensamiento de la existencia de una escuela
con unos ideales basados en la sociedad de consumo, para reconstruir la idea de
una sociedad de auto-conocimiento.
Finalmente, Illich
muere en Bremen en el año 2002, a causa de unos tumores en la cara. A pesar de
que el diagnóstico inicial era de una muy corta esperanza de vida, alargó su
existencia 20 años más a base de meditación, yoga y opio para mitigar el dolor,
rechazando la “medicina institucionalizada” y manteniéndose firme a sus
ideales.
Los
siete capítulos de su libro más destacado, tratan
principalmente de una renovación de las alternativas actuales que se llevan a
cabo en las escuelas de hoy en día, por una escuela
más atenta a las necesidades de su entorno y de su alumnado, con el objetivo de
mejorar la educación.
Para Illich, la escuela vende saber, ya que era la
mercancía que padres y alumnos recibían, siendo el maestro el medio para
transmitir conocimientos.
Además la escuela era considerada como el medio para
conseguir un título, mientras que no debería de ser así, si no que se la debería
de ver como el camino hacia la adquisición de destrezas, conocimientos y
habilidades de cada persona, es decir, el camino que lleva a formar a la
persona como tal. Por lo
que se llegó a la conclusión de que no sólo la educación sino la sociedad en
conjunto necesitan desescolarización, y esta desescolarización de la sociedad
implica el reconocimiento de la naturaleza.
“Al alumno se le
"escolariza" de ese modo para confundir enseñanza con saber,
promoción al curso siguiente con educación diploma con competencia, y fluidez
con capacidad para decir algo nuevo” (Iván Illich, 1964).
Demostró que existía una clara desigualdad entre
la educación que se les daba a los ricos, y la educación que recibían los
pobres, ya que aunque todos tenían derecho a acceder a una educación, algunos
maestros no se responsabilizaban de la educación de muchos niños por ser
pobres, o directamente les negaban la entrada a la escuela. En la mayoría de los países, los costes de la
escuela se han incrementado y se debería de evitar creando igualdad de
oportunidades educativas.
Illich afirmaba la idea de que la mayoría de los
conocimientos útiles que una persona posee, provienen de la escuela, pero no de
los maestro. Lo que nosotras creemos, es que el papel del maestro en la escuela
es clave para un aprendizaje significativo y consistente, ya que ayuda al alumno
a desarrollar sus propios conocimientos, aunque fuera de la escuela a través de
rutinas estos conocimientos se afiancen en el niño.
Este sistema que Illich propone tiene muchas
ventajas al igual que inconvenientes.
Las posibles ventajas son, que los padres se
encarguen solo y exclusivamente de la educación de sus hijos sin confiársela a ningún
extraño, el hecho de que a los ricos se les brindara una educación más rica que
a los pobres, el apego que se crearía con los padres…
Pero también encontramos algunos inconvenientes
como: que algunos padres no estuvieran lo suficiente capacitados para educar a
sus hijos, que existieran diferencias entre los niños al no proporcionarles los
mismos conocimientos, habilidades…, el que los niños no aprendieran unos de
otros…
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